Banco Central de Costa Rica lidera estrategia del miedo para forzar aprobación de plan fiscal
El Presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), don Rodrigo Bolaños (el mismo que confesó la falta de ‘valentía política’ del Gobierno para recortar el gasto público innecesario), dejó muy claro que la supuesta independencia política del ente emisor no existe en la práctica. Don Rodrigo, sacrificando la credibilidad del equipo técnico del BCCR, decidió convertirse en la principal cabeza visible de la estrategia del miedo que promueve el Gobierno para forzar la aprobación del plan fiscal Solís-Chinchilla.
Para esto, no tuvo reparo en echar mano del Programa Macroeconómico 2012-13 y de la conferencia de prensa para divulgarlo para dejarse decir que la inflación va a subir, el crecimiento va a ser menor y el empleo se va a afectar porque no se aprueba el plan fiscal.
Es más que evidente, para analistas bien informados, que las declaraciones de Bolaños solamente reflejan la actitud servil de quien desde su posición de Presidente del BCCR intenta engañar a la opinión pública y torcer el brazo de los diputados en la Asamblea Legislativa para forzar la aprobación del plan fiscal y, de esa manera, agradar a quienes lo ubicaron en ese puesto.
Si la inflación va a subir, en el 2012, es porque la Junta Directiva del BCCR decidió–de manera arbitraria–intervenir innecesariamente en el mercado cambiario para comprar (emitiendo billetes) $1,500 millones (mil quinientos millones de dólares) en 2012 y 2013. El mismo don Rodrigo hizo público, en noviembre de 2010, el cálculo del impacto directo sobre la inflación de intervenir sobre el tipo de cambio. En aquel momento, el Presidente del BCCR explicó que comprar $500 millones (quinientos millones de dólares) generaría una inflación anual de 1,26%. ¿Cómo, entonces, sale ahora a decir que la inflación va a subir porque no se aprueba el plan fiscal?
Política económica y Gobierno a la deriva. Si la economía no crece y se destruyen puestos de trabajo es por la incertidumbre que genera en los costarricenses el manejo irresponsable del gasto público, la creciente deuda pública y la amenaza de más y más impuestos, que ahuyenta la inversión. La manera desastrosa en que se conduce la economía se refleja, de manera negativa, en el Gobierno y, particularmente, en la gestión de la Presidenta Chinchilla. De acuerdo con la encuesta de Unimer, para la La Nación, 9 de cada 10 costarricenses creen que Chinchilla no controla el Gobierno. No sorprende, por lo tanto, que Laura Chinchilla aparezca, también, como la mandataria latinoamericana peor evaluada en el 2011.
Para reducir la inflación, el Banco Central de Costa Rica debe de renunciar a la politiquería y recuperar su independencia y manejo técnico. Para recuperar la confianza de quienes consumen e invierten en Costa Rica, el Gobierno debe retirar todos los proyectos para crear o aumentar impuestos de la Asamblea Legislativa, asumir el costo político de recortar el 100% del gasto público innecesario y aprobar el proyecto de “Ley de Responsabilidad Fiscal”. Pero, antes que eso, debe renunciar a su estrategia del miedo para forzar la aprobación del plan fiscal.
¡Detengamos esta payasada!
¡NO más impuestos!
¡NO permitamos que los políticos se continúen burlando de los ciudadanos!
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